miércoles, 12 de noviembre de 2014

La Magia Si Existe










La verdad acerca de la magia, la hechicería y la brujería
EN África no tiene sentido preguntar si las brujas existen o no”, dice el libro African Traditional Religion (La religión tradicional africana), y añade que “para los africanos de toda clase social, la brujería es una realidad de gran importancia”. Entre los que creen en la magia, la hechicería y la brujería se cuentan tanto personas que no saben leer como otras con mucha educación, e incluso muchos guías religiosos del islam y de la cristiandad.
2 Según la creencia popular africana, existe una fuerza o poder oculto y espiritual, sobre el cual Dios tiene control. Este poder es utilizado por los espíritus y antepasados. Algunos seres humanos también saben aprovecharlo y usarlo, sea para el bien (magia blanca) o para el mal (magia negra).
3 La magia negra, o hechicería, se dirige contra los enemigos. Se cree que quienes la emplean pueden enviar murciélagos, aves, moscas y otros animales para atacar a la gente. Muchas personas creen que la magia negra puede causar peleas, esterilidad, enfermedades e incluso la muerte.
4 La brujería está muy relacionada con la magia negra. Se dice que por la noche las brujas dejan su cuerpo y se alejan volando para encontrarse con otras brujas o para acabar poco a poco con la vida de sus víctimas. Dado que los cuerpos de las brujas siguen durmiendo en su cama, estas historias se basan en las confesiones de personas que dejaron de practicar la brujería. Por ejemplo, una revista africana cita los siguientes comentarios de mujeres (en su mayoría adolescentes) que habían sido brujas: “He matado a ciento cincuenta personas causando accidentes automovilísticos”; “he acabado con la vida de cinco niños chupándoles toda la sangre”; “he dado muerte a tres de mis novios por dejarme plantada”.
5 La magia blanca es una práctica que supuestamente protege del mal. Quienes la practican llevan pulseras o anillos mágicos, toman ciertas bebidas medicinales o se restriegan esos preparados por el cuerpo. También ocultan en su hogar o en el suelo artículos que tienen supuestos poderes protectores y llevan amuletos con textos del Corán o de la Biblia.
Mentiras y engaño
6 Es cierto que Satanás y los demonios son enemigos peligrosos de los seres humanos. Pueden influir en su mente y en su vida; en el pasado incluso entraron en hombres y animales, y los poseyeron (Mateo 12:43-45). Sin embargo, aunque no hay que restarle importancia a su poder, tampoco debemos darle demasiada importancia.
7 Satanás es un maestro del engaño. Hace creer a la gente que posee más poder del que en realidad tiene. Es algo parecido a lo que sucedió en un conflicto reciente en un país africano: los soldados utilizaron equipo de sonido para aterrorizar a sus enemigos. Antes de atacar, pusieron a un volumen muy alto grabaciones de artillería pesada y disparos para que el enemigo pensara que estaba siendo atacado con muchas armas potentes. Del mismo modo, Satanás quiere que la gente piense que su poder es ilimitado. Su objetivo es aterrorizar a las personas para que hagan la voluntad de él y no la de Jehová. Veamos tres mentiras que Satanás quiere hacernos creer.
8 Una mentira que Satanás promueve es que nada malo ocurre por casualidad; que los males que no son causados directamente por alguien ocurren porque los provocan poderes ocultos. Por ejemplo, supongamos que un niño muere de malaria. Tal vez su madre sepa que esta enfermedad la transmiten los mosquitos. Pero posiblemente también creerá que alguien usó brujería para que al niño le picara un mosquito.
9 Aunque Satanás puede causar algunos problemas, es un error creer que tiene poder para provocar todos los problemas. La Biblia dice: “Los veloces no tienen la carrera, ni los poderosos la batalla, ni tienen los sabios tampoco el alimento, ni tienen los entendidos tampoco las riquezas, ni aun los que tienen conocimiento tienen el favor; porque el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos” (Eclesiastés 9:11). Un corredor puede ser más rápido que los demás y sin embargo no ganar la carrera. Podría perder debido a algún “suceso imprevisto”: podría tropezar, sentir de repente un malestar o darle un tirón en un músculo. Estas cosas pueden pasarle a cualquiera, y no necesariamente porque las cause Satanás o se haya utilizado brujería. Simplemente ocurren.
10 Otra mentira que Satanás promueve es que las brujas salen de su cuerpo y viajan por la noche para encontrarse con otras brujas o para acabar con la vida de sus víctimas. Pero pregúntese: “Si las brujas pudieran hacer esto, ¿qué es en realidad lo que saldría del cuerpo?”. Como hemos visto, el alma es la persona, no algo que pueda salir de ella. Además, el espíritu es la fuerza de vida que hace funcionar al organismo, pero no puede hacer nada sin el cuerpo.
11 Ni el alma ni el espíritu pueden salir del cuerpo para hacer algo, sea bueno o malo. De modo que las brujas no salen de sus cuerpos. Por lo tanto, no hacen lo que afirman o creen haber hecho.
12 ¿Cómo se explican entonces los testimonios de quienes practicaban la brujería? Satanás puede hacer creer a las personas que han vivido experiencias que en realidad no han tenido. Mediante visiones, puede hacer que la gente se imagine que ha visto, oído y hecho cosas que no han sucedido. De esta forma, intenta apartar a las personas de Jehová y hacerlas pensar que la Biblia está equivocada.
13 Una tercera mentira es que la magia blanca, la que supuestamente anula la magia negra, es buena. La Biblia no distingue entre magia negra y magia blanca. Condena todo tipo de magia. Fíjese en las leyes que Jehová dio a la nación de Israel respecto a la magia y los que la practicaban:
● “No deben practicar la magia.” (Levítico 19:26.)
● “En cuanto a un hombre o una mujer en quien resulte haber espíritu de médium o espíritu de predicción, deben ser muertos sin falta.” (Levítico 20:27.)
● “No debería hallarse en ti [...] practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista.” (Deuteronomio 18:10-14.)
14 Estas leyes dejaron claro que Dios no quería que sus siervos practicaran la magia. Jehová dio estas leyes a su pueblo porque lo amaba y no quería verlo esclavizado al temor y la superstición ni oprimido por los demonios.
15 Aunque la Biblia no entra en detalles en cuanto a lo que pueden hacer los demonios y lo que no, sí muestra que Jehová Dios es mucho más poderoso que Satanás y sus demonios. Jehová echó a Satanás del cielo (Revelación 12:9). Observemos también que Satanás pidió permiso para poner a prueba a Job y obedeció la advertencia de Dios de no atentar contra su vida (Job 2:4-6).
16 Proverbios 18:10 dice: “El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo, y se le da protección”. Así que para obtener protección hay que acudir a Jehová. Los siervos de Dios no recurren a amuletos o bebidas mágicas para protegerse de las malvadas obras de Satanás y los demonios, ni temen los maleficios de los hechiceros. Creen lo que dice la Biblia: “En cuanto a Jehová, sus ojos están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él” (2 Crónicas 16:9).